viernes, 21 de agosto de 2009




Mi corazón y el tuyo no se pertenecen, no buscan hacerlo.
Porque el amor no se busca, no se obliga.

Jamás florece el amor si antes ya se alumbro la pasión silvestre en un colchón.
Rodamos juntos en esta vida y en el infierno nos encontraremos, entonces mi espalda seguirá deseando tus manos, mis ojos seguirán buscando tu mirada, mí respiración cada momento hasta el fondo guardara tu aroma, el timbre de tu risa mis oídos aclamaran y el juego de tus labios en mi cuello como promesa se cumplirá.

No hay comentarios:

Publicar un comentario